
Los manómetros son instrumentos utilizados para medir la presión de fluidos, tanto en estado líquido como gaseoso, dentro de un recipiente o circuito cerrado. Como explicamos en este artículo, la mayoría de los manómetros toman como referencia la presión atmosférica para sus mediciones, dando lugar a la llamada presión manométrica. Como cualquier instrumento de medida, los manómetros necesitan pasar por unos controles de calibración y de verificación para asegurar que cumplen con los parámetros establecidos por el Centro Español de Metrología (CEM).
Para evitar tener que realizar calibraciones de los manómetros constantemente, es recomendable conocer cuáles son los posibles fallos de los manómetros y como evitarlos. Así podemos asegurar que los resultados de las calibraciones son correctos y, por tanto, superarán las verificaciones técnicas. Las calibraciones pueden llevarse a cabo en laboratorios acreditados o no acreditados cuando el usuario lo crea conveniente. En el caso de las verificaciones técnicas, los manómetros tienen la obligación de pasarlas periódicamente (el plazo depende del fluido que mida y de la frecuencia del uso, entre otros) y deben realizarse por laboratorios como AIVT- Agroibérica Ingenieros Verificaciones Técnicas, acreditados por la ENAC.
¿Cuáles son los fallos más habituales en los manómetros?
En muchas ocasiones no es posible detectar los motivos exactos por los que un manómetro no funciona bien. Aún así, podemos detectar cuáles son los motivos más comunes por los que se dan fallos en los manómetros:
- Por un error en la instalación o un uso inadecuado del mismo.
- La obturación, que limita o impide el flujo correcto del fluido debido a sustancias ajenas que se adhieren a éste.
- La sobrepresión sometida a un manómetro provoca daños en el elemento sensible. Es necesario estar pendiente de si los picos de sobrepresión son puntuales o continuos.
- Una corrosión causada por ataques químicos provocados por el medio de medición o por agentes ambientales.
- Las vibraciones mecánicas son movimientos periódicos que producen deformaciones y tensiones en los elementos del manómetro.
- La temperatura a la que está expuesta el manómetro también puede provocar una avería. Tengamos en cuenta que un manómetro convencional de glicerina aguanta una temperatura ambiental de entre -20 y 20 grados centígrados; además de una temperatura del medio de máximo 60ºC. Para otras circunstancias ambientales existen manómetro especiales con un aceite de silicona que puede aguantar temperaturas extremas.
- En bombas o compresores donde se den una fluctuaciones bruscas de presión. Estas pulsaciones son como golpes para los elementos del manómetro y repercuten en su vida útil.
¿Cómo evitarlos?
Lo más importante es elegir un buen manómetro en base a las condiciones de uso que va a soportar. Después de escoger el manómetro que necesitamos, es necesario realizar una buena instalación para asegurar un buen funcionamiento del mismo. También es importante llevar un control de calidad y unas revisiones periódicas para prever el daño antes de que surja y poder evitarlo. Por otro lado, existen productos y herramientas que ayudan a mitigar los efectos provocados por el uso y las condiciones del manómetro:
- Obturadores, para absorber y amortiguar los golpes provocados por fluctuaciones de presión.
- Torres de refrigeración, para proteger de temperaturas extremas.
- Sellos separadores, protegen los elementos sensibles del instrumento y en ciertos usos son obligatorios.
- Limitadores de presión, protegen de la sobrepresión continua y puntual.
- Sifones, contra pulsaciones del medio , golpes de ariete y temperaturas del medio muy altas.
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